... tengo ganas de avanzar, de fundirme en el caos de la incógnita, de superar los desequilibrios de una vida instantánea en lugares desconocidos, describir rutas geométricas sin destinos ni parámetros prefijados donde sea imposible detenerse y mirar a ninguna parte, desolado, desconcertado, tumultuoso en el intento de continuar en la certidumbre del lugar buscado, un lugar remoto, recuperado en el recuerdo, sin saberlo descubierto en un yo extraño, olvidado tal vez, sin embargo tan cercano en la lejanía que no lo aceptas como es...
... el vacío me rodea, me seduce, me atrae hacia sí, me envuelve, me apresa, me ahoga, me hace suyo, ya no puedo escapar, sus múltiples extremidades me hacen perder el nexo de unión, no encuentro lugar donde poder centrar mi posición, no tengo asidero en la realidad, todo esta despojado de sentido, un arrebato interno me obliga a luchar por lo que siempre había considerado como real pero el vacío ha llegado a mis venas, ya no tengo escapatoria, las cosas cambian, el tiempo pasa, la inalterabilidad es espantosa, necesito respuestas a preguntas que no me se formular, el círculo inmaterial se cierra, se cierne sobre mí la insignificancia de la persona frente a enigmas jamás sospechados, tengo que continuar, no se hacia donde, tampoco que camino seguir pero se que tengo que avanzar...
... debo dar continuidad a lo que escribo, necesito ordenar la sucesión de ideas, el azar es el mejor índice pero me asalta la duda de la autenticidad de lo escrito, he vuelto a leer lo anterior y lo encuentro seco, sin la emoción instantánea del momento en que se escribió, esa fracción de tiempo donde la idea se convierte en palabra y esta en letra, eso es irrecuperable, es tan íntimo, de ahí la inutilidad de este ejercicio, su objetivo está cumplido al escribir pero el vacío continua inalterable, el antídoto solo surte efecto durante un periodo infinitesimal, mínimo y la condena persiste, la verdadera fuga está en la escritura al sentir la pluma extensión tal del pensamiento que el resto de ti está preso de éxtasis al verse desbordado por un torrente incontrolable y desconocido sin tener conciencia de los límites y sin poder dar explicaciones, ahí radica la autentica libertad de espíritu...
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