"No lucharé, pensó. No tiene sentido, porque cuando hay una nube negra en el cielo, es probable que llueva.
Relajó el cuerpo y todos los músculos, porque no quería seguir luchando. Qué agradable es no luchar, pensó. No tiene sentido luchar. Fui un estúpido por luchar tanto y durante tanto tiempo. Fui un estúpido por rezar para que se hiciera el sol cuando una nube negra aparecía en el cielo. Debería haber rezado por la lluvia, debería haber pedido lluvia a gritos. Debería haber gritado: que llueva, que lluevan riadas, no me importa. Entonces habría sido fácil. Habría sido tan fácil entonces. He luchado durante cinco años y ya no tengo que seguir luchando. Esto es mucho mejor, muchísimo mejor, porque en algún lugar hay un bosque por el que me gustaría pasear, y uno no puede pasear por un bosque luchando. En algún lugar hay una chica con la que me gustaría acostarme, y no puedes acostarte con una chica luchando. No se puede hacer nada luchando y, especialmente, no se puede vivir luchando, así que ahora voy a hacer todas las cosas que quiero hacer y no habrá más lucha".
Muerte de un hombre muy, muy viejo - Roald Dahl
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