"- Tal vez un año, tal vez veinte. Ahora el tiempo es algo subjetivo. Cada uno decide en su mente cuando amanece, o cuando la luz se desvanece. Después de algún tiempo, probablemente se te olvida el calendario. Nueva York se ha convertido en una ciudad de jardines suspendidos hasta el cielo. Los locos colores te embriagan, las personas son muy hermosas, jóvenes y radiantes. Resplandecientes de serenidad, de belleza, de sexualidad.
- Ya no hay ego. La química nos ha liberado. No hay ni ego, ni competición, ni violencia, ni guerra, ni fuertes o débiles, ni secretos. Cada uno es... lo que es. Cada uno es lo que quiere ser. Y mientras que ellos consumen su nueva personalidad, emiten por el aire feromonas que tu mente traduce en imágenes.
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- Entonces te darás cuenta muy pronto de que no puedes, porque no formarías parte de este mundo.
- ¿Y dónde estaré?
- En el otro lado.
- ¿Qué hay al otro lado, Dylan?
- La verdad.
- ¿Y quiénes están del otro lado?
- Los que no han franqueado el paso, quienes no participan de la fiesta química. Y, por supuesto, todos los que gestionan este mundo que ves.
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- Sabía que usted nunca cruzaría al otro lado.
- Oh, que no te impresione tanto que todavía ande por aquí. Estar de este lado de la verdad no es tan valiente.
Bien, Robin, nada ha cambiado de hecho. Antes, enmascarábamos la verdad con antidepresivos, drogas que la disimulaban, mintiendo. Ahora reinventamos la verdad. No es una gran diferencia. Las drogas han mejorado mucho.
Bien, Robin, nada ha cambiado de hecho. Antes, enmascarábamos la verdad con antidepresivos, drogas que la disimulaban, mintiendo. Ahora reinventamos la verdad. No es una gran diferencia. Las drogas han mejorado mucho.
- ¿Y no hay otra opción?
- La única elección es esperar la muerte aquí, en esta infecta verdad, o alucinar en el otro lado. Quizá se está mejor allá, soñando".
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