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Ya sé que la noche no ha comenzado, piensa, que todavía queda claridad en el cielo, pero quiero dormir como parece que duerme la piedra, sin los engaños del sueño, encerrado para siempre en un bloque de piedra negra, al menos, por favor, si otra cosa no puede ser, hasta mañana, cuando vengan a despertarme a las siete. El sueño oyó la desolada invocación, vino corriendo y se quedó unos instantes, después se retiró para que el comisario se desnudara y se metiese en la cama, pero luego volvió, presto, para quedarse toda la noche a su lado, ahuyentando los sueños bien lejos, hasta la tierra de los fantasmas, allí donde, uniéndose el fuego y el agua, nacen y se multiplican".
Ensayo sobre la lucidez (2004) - José Saramago
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