"Sabía que no me entenderían o que no me querrían entender. Sabía que aquella conversación les resultaba embarazosa, que les irritaba que les recordara su impotencia. Se sentían mejor cuando se consideraban víctimas que escapaban a los peligros cotidianos. Se sentían mejor cuando concluían que no tenían ninguna opción. En efecto, se sentían bien cuando imaginaban que no podían tomar decisiones. A pesar de todo, continué hablando, porque aquel día tenía ganas de conversación. Estaba seguro de que me enemistaría con todos y de que no querrían prestarme ni azúcar para endulzar la tila cuando me olvidara de traerlo de casa".
Vida con estrella (1949) - Jiří Weil
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