No podemos ir hacia atrás; sin embargo, sé que está aquí, estoy convencido, no es más que una sensación, un convencimiento: cómo olvidar cuando el amor es disponibilidad y el deseo un privilegio. Siempre oí que estamos hechos de esperanza; entonces, ¿estoy muerto? No, sigo vivo y voy a la deriva, tanto como siempre, en el pequeño mundo donde habito y es imposible perderse e imposible engañar a la realidad, aunque ésta pueda resultar inestable, curvarse, retorcerse... ¿Me abandonas? Sí, tienes más recuerdos que ilusiones. Me despierto creyendo que ella me ama y de pronto recuerdo que no es así.
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