- ¿Por qué nos detenemos aquí?
- Lo siento mucho, no puedo ir contigo. ¿Acaso no te das cuenta de que soy muy pobre?
- No te entiendo. ¿Cómo lo soportas?
- Tranquilo, todos envejecemos.
- Me preocupa el tatuaje de la miseria: la necesidad y el sufrimiento. No el paso del tiempo.
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