"El Maestro solía insistir en la observancia del silencio entre aquellos que le rodeaban, explicando: De las profundidades del silencio, el manantial del divino gozo brota infaliblemente, anegando nuestro ser".
"¿A qué se debe que el sufrimiento se encuentre tan diseminado sobre la Tierra?, preguntó cierto discípulo. El maestro respondió:
"¿A qué se debe que el sufrimiento se encuentre tan diseminado sobre la Tierra?, preguntó cierto discípulo. El maestro respondió:
Hay muchas razones para ello. Una de las razones de ser del sufrimiento, es prevenir al hombre en contra del aprender demasiado de los demás y no lo suficientemente de sí mismo. El dolor obliga tarde o temprano a los seres humanos a preguntarse: ¿No habrá quizá un principio de causa y efecto, operando en mi vida? ¿No se deberán mis problemas a mi errónea forma de pensar?".