"- Por favor, Jorge, deje eso.
- ¿Por qué? Hay que limpiar aquí.
- Déjelo, y no se preocupe. Además, este no es un trabajo para usted.
- ¿Cómo? ¿Me despide?
- No es eso, pero no puede seguir barriendo la escuela.
- ¿Y por qué no?, si a mí me gusta.
- Hay muchas cosas que nos gustan y no se deben hacer.
- Sí, de acuerdo, pero no aquellas que no molestan a nadie y sin embargo nos hacen felices. ¿Sabe por qué me gusta Calabuch?
- ¿Por qué?
- Porque aquí cada uno hace lo que le gusta.
- ¿Entonces Calabuch es para usted su única felicidad?
- No, pero aquí la gente no se preocupa de ser diferente de lo que es en realidad, ni de lo que piensan los demás tampoco. No, cada cual vive su vida sin hacer daño a nadie. Ay, si esto no es la felicidad es algo que se le parece mucho, eh... ¡Querido Calabuch!".