"Erase una vez. Así es como comienzan los cuentos, y mi vida parece extraída de uno.
A los diecisiete años, me encontraba con dolor de muelas en una anodina sala de espera de un dentista francés. Estaba iluminada con tan sólo una bombilla de 40W y los pacientes miraban tímidamente las revistas cuando de repente, me quedé helado, porque había abierto un periódico por una página donde vi algo asombroso, algo que me inspiró. Vi dos torres, y en el articulo ponía: un día se construirán esas torres. ¡Ni siquiera existían aun y cuando las acabaran serían las más altas del mundo! Quería tenerlo como fuera, era el comienzo tangible de mi sueño, pero los demás miraban y aun así quería esa página y lo que hice es disimulando con un estornudo... aaahhhh... arrancar la página. La escondí bajo la chaqueta y me fui. Tendría que soportar el dolor de muelas durante una semana pero... ¿qué era ese dolor comparado con la adquisición de mi sueño?
Cuando uno tiene un sueño el objeto de ese sueño es tangible, está ahí, es... es... es quijotesco pero está ahí, ¡acosándote!, sabes... desafiándote. Pero el objeto de mi sueño no existía aun".
"Empece en el funambulismo siendo autodidacta, soñaba, no con conquistar el universo, si no con ser un poeta que conquistara escenarios espectaculares.
-
Es lo que de verdad me atrae, es el reto de hacer algo que se supone que es imposible... y al mismo tiempo es algo... hermoso. No sólo no hace daño a nadie si no que es un regalo para todos.
-
Si moría, ¡qué muerte tan hermosa! Morir en el ejercicio de tu pasión.
-
El hecho de que el funambulismo desafíe así a la muerte es extraordinario, porque hay que tomárselo muy en serio. Si uno se... se equivoca por medio milímetro, o se desconcentra unas décimas de segundo, pierde la vida.
-
De niño me gustaba subirme a todas partes. Dejé que los psiquiatras sacaran sus propias conclusiones; quizá quería escapar a mi tiempo, quizá quería ver el mundo desde una perspectiva diferente y era un explorador nato, ¿quién sabe? y ¡que más da! Yo era un pequeño escalador y nadie, ni mis padres, mis profesores ni nadie podía detenerme.
Había oído hablar de los equilibristas, se les admiraba por ser individuos capaces de caminar en la cuerda floja y yo pensé para mis adentros, eso no es nada yo también lo hago".
"Y... tuve que... tomar la decisión de desplazar el peso de... un pie apoyado en el edificio al pie apoyado en el cable. Eso probablemente... no sé, probablemente pondría fin a mi vida en cuanto pisara ese cable y por otro lado era algo que no podía resistir, y no hice ningún... esfuerzo por resistirme. Me sentía llamado a cruzarlo. La muerte me rondaba, sí.
Empece a caminar como un funambulista que estudia su cable, y en vez de estudiar el cable en toda su extensión examinando el primer tensor y seguir caminando probando el centro que es débil y traicionero y examinando el segundo cable tensor, ¡no! sólo fui al primer tensor porque ¡ya lo sabía todo! Ahora iba a actuar.
-
Para mí es... es, es bien sencillo. La vida debería vivirse al límite. Hay... hay que rebelarse. No someterse nunca a las normas, renegar del mérito propio, no repetirse a sí mismo, ver cada día y cada año, cada... cada idea como un... como un verdadero reto, y entonces uno logrará vivir la vida en la cuerda floja".
Man on wire (2008) - James Marsh
0 comentarios:
Publicar un comentario